Tratamiento de Suelos contaminados
Como primera fase para el tratamiento del suelo contaminado se realiza un análisis de laboratorio para conocer el nivel de contaminación del mismo y así definir el proceso de remediación y biodegradabilidad.
Los niveles de contaminación se miden con TPH, unidad de medida que calcula los miligramos de hidrocarburo presentes en un kilo de suelo. Los suelos pueden ir desde un nivel bajo de contaminación que oscila entre los 10000 TPH hasta un nivel elevado mayor 60000 TPH. Cuando los suelos tienen una contaminación alta, se aplican métodos físico químicos que consiste en:
Tratamiento Físico - Químico
Consiste en el lavado del suelo o ripio para separar los agentes contaminantes mediante el uso de surfactantes o detergentes disueltos en agua y la ayuda de aire a presión. Posterior al lavado el contaminante separado se extrae mediante desnatadores para ser almacenado en tanques y posteriormente reinyectado en procesos productivos o incinerado. El agua residual proceso de este lavado es reutilizada en el mismo proceso o tratada previo a su disposición final.
Tratamiento Biológico
Por su parte, el tratamiento biológico se aplica a los suelos lavados que son homogeneizados con la adición de materia orgánica y tamices moleculares. Luego se procede a la conformación de biopilas y la adición de microorganismos degradadores de hidrocarburos para que termine el proceso remediación y limpieza de los agentes contaminantes.
Las biopilas se oxigenan durante el tiempo necesario para degradar los contaminantes hasta los límites permisibles por la ley ambiental vigente. El suelo tratado será finalmente será capaz de sostener vida, y podrá ser utilizado para regeneración urbana, reciclaje, y simplemente podrá ser dispuesto en el ambiente de una manera segura.
Gestión integral de fondos de tanque y sedimentos peligrosos
Utilizamos la Desorción Térmica, que se trata de un proceso de separación física no destructivo consistente en el calentamiento del residuo al objeto de separar las fases del compuesto mediante el uso de químicos para luego realizar una separación mecánica de las fases a través de procesos centrífugos. Las fases separadas son agua que es tratada posteriormente, hidrocarburo recuperado, y suelo o arena semi limpia que luego se somete a un proceso biológico de remediación.
Por ello, el suelo tratado con esta tecnología puede ser utilizado posteriormente para varios fines, entre ellos como material de relleno en el propio emplazamiento, o bien ser gestionado en vertederos para residuos inertes.